domingo, 27 de noviembre de 2016

EVANGELIO - SAN MATEO 24,37-44

TIEMPO DE ADVIENTO
DOMINGO DE LA SEMANA I
27 de Noviembre

    Libro de Isaías 2,1-5.

    Palabra que Isaías, hijo de Amós, recibió en una visión, acerca de Judá y de Jerusalén: Sucederá al fin de los tiempos, que la montaña de la Casa del Señor será afianzada sobre la cumbre de las montañas y se elevará por encima de las colinas. Todas las naciones afluirán hacia ella y acudirán pueblos numerosos, que dirán; ¡Vengan, subamos a la montaña del Señor, a la Casa del Dios de Jacob! El nos instruirá en sus caminos y caminaremos por sus sendas". Porque de Sión saldrá la Ley y de Jerusalén, la palabra del Señor.
    El será juez entre las naciones y árbitro de pueblos numerosos. Con sus espadas forjarán arados y podaderas con sus lanzas. No levantará la espada una nación contra otra ni se adiestrarán más para la guerra.
    ¡Ven, casa de Jacob, y caminemos a la luz del Señor!


Salmo 122(121),1-2.4-5.6-7.8-9.

¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la Casa del Señor!»
Nuestros pies ya están pisando
tus umbrales, Jerusalén.
Allí suben las tribus,
las tribus del Señor

-según es norma en Israel-
para celebrar el nombre del Señor.
Porque allí está el trono de la justicia,
el trono de la casa de David.
Auguren la paz a Jerusalén:
“¡Vivan seguros los que te aman!

¡Haya paz en tus muros
y seguridad en tus palacios!”.
Por amor a mis hermanos y amigos,
diré: “La paz esté contigo”.
Por amor a la Casa del Señor, nuestro Dios,
buscaré tu felicidad.


    Carta de San Pablo a los Romanos 13,11-14.

    Ustedes saben en qué tiempo vivimos y que ya es hora de despertarse, porque la salvación está ahora más cerca de nosotros que cuando abrazamos la fe.
    La noche está muy avanzada y se acerca el día.
Abandonemos las obras propias de la noche y vistámonos con la armadura de la luz.
    Como en pleno día, procedamos dignamente: basta de excesos en la comida y en la bebida, basta de lujuria y libertinaje, no más peleas ni envidias.
    Por el contrario, revístanse del Señor Jesucristo, y no se preocupen por satisfacer los deseos de la carne.

    
     Evangelio según San Mateo 24,37-44. 

    En aquél tiempo Jesús dijo a sus discípulos: Cuando venga el Hijo del hombre, sucederá como en tiempos de Noé.
    En los días que precedieron al diluvio, la gente comía, bebía y se casaba, hasta que Noé entró en el arca; y no sospechaban nada, hasta que llegó el diluvio y los arrastró a todos. Lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre.
    De dos hombres que estén en el campo, uno será llevado y el otro dejado.
    De dos mujeres que estén moliendo, una será llevada y la otra dejada.
    Estén prevenidos, porque ustedes no saben qué día vendrá su Señor.
    Entiéndanlo bien: si el dueño de casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, velaría y no dejaría perforar las paredes de su casa.
    Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del hombre vendrá a la hora menos pensada.

Fuente: ©Evangelizo.org


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