domingo, 15 de enero de 2017

AMORIS LAETITIA



    313. La caridad adquiere matices diferentes, según el estado de vida al cual cada uno haya sido llamado. Hace ya varias décadas, cuando el Concilio Vaticano II se refería al apostolado de los laicos, destacaba la espiritualidad que brota de la vida familiar. Decía que la espiritualidad de los laicos «debe asumir características peculiares por razón del estado de matrimonio y de familia» y que las preocupaciones familiares no deben ser algo ajeno «a su estilo de vida espiritual». Entonces vale la pena que nos detengamos brevemente a describir algunas notas fundamentales de esta espiritualidad específica que se desarrolla en el dinamismo de las relaciones de la vida familiar.


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