jueves, 23 de febrero de 2017

SANTA MISA - LA ORACIÓN DE LOS FIELES

¿Qué peticiones hay que incluir en la oración de los fieles de la misa? 


    “Ante todo recomiendo que se hagan plegarias, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres; por los reyes y por todos los constituidos en autoridad, para que podamos vivir una vida tranquila y apacible con toda piedad y dignidad” (1 Tm 2, 1-2).

    Como podemos ver, la oración de los fieles tiene un origen apostólico; y es una oración que el Concilio Vaticano II quiso restablecer (Sacrosanctum concilium, 53).

    En la oración de los fieles o en la oración universal, el pueblo de Dios, ejercitando su sacerdocio bautismal, ofrece súplicas a Dios por la salvación de todos los hombres. Como su nombre lo indica es una oración universal, por lo que lo apropiado es pedir en general por las necesidades del mundo; y es una oración que en fondo expresa la súplica de toda la comunidad.

    Al hacer la oración de los fieles debemos ser conscientes de que la Eucaristía, la Sangre de Cristo, se ofrece por los cristianos “y por todos los hombres, para el perdón de los pecados”. Por medio de la Iglesia, “sacramento universal de salvación” (Lumen Gentium, 48b), todos los pueblos, directa o indirectamente, alcanzan la salvación (SC, 7b).

    Por esto la Iglesia por su acción, por su enseñanza, y muy especialmente por el sacrificio Eucarístico y por la oración universal, sostiene continuamente al mundo, procurándole por Cristo bienes materiales y espirituales.

    Algunas precisiones

1.- La oración de los fieles no la debe hacer el sacerdote que preside; y si éste, por fuerza mayor, interviene dicha oración no se debe convertir en una prolongación de la homilía.

2.- Cuando en la misa dominical y de precepto se hace la oración de los fieles, por la salvación de todos, ordinariamente se hace mediante CUATRO súplicas: Por las necesidades de Iglesia, por los gobernantes y por la salvación del mundo, por los que sufren diversas necesidades y por la comunidad local (Instrucción del Misal, 70).

3.- El orden anteriormente propuesto puede cambiarse en algunas celebraciones especiales. Extraordinariamente en alguna celebración particular (Primera comunión, Confirmación, Matrimonio o Exequias, etc.), el orden de las intenciones puede tener en cuenta más expresamente la ocasión particular.

4.- En la oración de los fieles se deben reafirmar en forma orante las principales verdades de la fe, debe mostrarse a los fieles la situación real del mundo y de la Iglesia y así suscitar las peticiones que han de ser elevadas a Dios con mayor urgencia e insistencia.

5.- Tanto en un caso como en el otro conviene que las intenciones sean sobrias, concisas, breves.

6.- En principio y ordinariamente sería un solo ministro el que lea las intenciones, salvo que sea conveniente usar más de una lengua en las peticiones.

7.- El pueblo se podrá unir a la intención de dos maneras: ya sea a través de una intercesión común, ya sea orando cada uno en un breve momento de silencio.

8.- Si se quiere pedir por una persona concreta (por un enfermo), lo ideal es ir de lo más general a lo particular. Así, por ejemplo, se ora por todos los que sufren diversas necesidades, por los enfermos y en particular por (se dice el nombre de esa persona).

9.- La oración de los fieles puede ser leída del libro preparado e indicado para ello o también puede ser redactada por el equipo de liturgia supervisado por el párroco.

10.- Deben leerse las oraciones desde el ambón o incluso mejor, desde otro lugar conveniente, para reservar el ambón sólo para la proclamación de la Palabra de Dios.



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