lunes, 29 de mayo de 2017

EVANGELIO - SAN JUAN 17,1-11a

TIEMPO PASCUAL
MARTES DE SEMANA VII
30 de Mayo

   Libro de los Hechos de los Apóstoles 20,17-27. 

    Pablo, desde Mileto, mandó llamar a los presbíteros de la Iglesia de Efeso.
    Cuando estos llegaron, Pablo les dijo: "Ya saben cómo me he comportado siempre con ustedes desde el primer día que puse el pie en la provincia de Asia.
    He servido al Señor con toda humildad y con muchas lágrimas, en medio de las pruebas a que fui sometido por las insidias de los judíos.
    Ustedes saben que no he omitido nada que pudiera serles útil: les predique y les enseñé tanto en público como en privado, instando a judíos y a paganos a convertirse a Dios y a creer en nuestro Señor Jesús.
    Y ahora, como encadenado por el Espíritu, voy a Jerusalén sin saber lo que me sucederá allí.
    Sólo sé que, de ciudad en ciudad, el Espíritu Santo me va advirtiendo cuántas cadenas y tribulaciones me esperan.
    Pero poco me importa la vida, mientras pueda cumplir mi carrera y la misión que recibí del Señor Jesús: la de dar testimonio de la Buena Noticia de la gracia de Dios.
    Y ahora sé que ustedes, entre quienes pasé predicando el Reino, no volverán a verme.
    Por eso hoy declaro delante de todos que no tengo nada que reprocharme respecto de ustedes.
    Porque no hemos omitido nada para anunciarles plenamente los designios de Dios."


Salmo 68(67),10-11.20-21.


Tú derramaste una lluvia generosa, Señor:
tu herencia estaba exhausta y tú la reconfortaste;
allí es estableció tu familia,
y tú, Señor, la afianzarás
por tu bondad para con el pobre.

¡Bendito sea el Señor, el Dios de nuestra salvación!
El carga con nosotros día tras día;
él es el Dios que nos salva
y nos hace escapar de la muerte.



    Evangelio según San Juan 17,1-11a.



    Jesús levantó los ojos al cielo, diciendo: "Padre, ha llegado la hora: glorifica a tu Hijo para que el Hijo te glorifique a ti, ya que le diste autoridad sobre todos los hombres, para que él diera Vida eterna a todos los que tú les has dado.
    Esta es la Vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a tu Enviado, Jesucristo.
    Yo te he glorificado en la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste.
    Ahora, Padre, glorifícame junto a ti, con la gloria que yo tenía contigo antes que el mundo existiera.
    Manifesté tu Nombre a los que separaste del mundo para confiármelos. Eran tuyos y me los diste,y ellos fueron fieles a tu palabra.
    Ahora saben que todo lo que me has dado viene de ti, porque les comuniqué las palabras que tú me diste: ellos han reconocido verdaderamente que yo salí de ti, y han creído que tú me enviaste.
    Yo ruego por ellos: no ruego por el mundo, sino por los que me diste, porque son tuyos.
    Todo lo mío es tuyo y todo lo tuyo es mío, y en ellos he sido glorificado.
    Ya no estoy más en el mundo, pero ellos están en él; y yo vuelvo a ti."


Fuente: ©Evangelizo.org 



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