martes, 2 de enero de 2018

ENTENDER A WOJTYLA PARA COMPRENDER A BERGOGLIO - PARTE 1

El carácter personalista de “Amori laetitia”.Conferencia de Rodrigo Guerra López leída en el IV Congreso Iberoamericano de Personalismo Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla 28-30 de agosto de 2017


Introducción 

    La elección de Jorge Mario Bergoglio SJ como Pontífice de la Iglesia católica ha suscitado un sinnúmero de reacciones al interior y al exterior de la Iglesia católica. Muchas de estas reacciones surgen por la novedad que presenta tanto su aproximación pastoral como su enseñanza doctrinal respecto de pontífices anteriores, en particular, respecto de Juan Pablo II.

    En las siguientes líneas exponemos algunos elementos procedentes de la filosofía de Karol Wojtyla/Juan Pablo II que pueden ayudar a comprender el pensamiento de Jorge Mario Bergoglio/Francisco, particularmente el expresado en la Exhortación apostólica Amoris Laetitia. Este ejercicio lo hacemos no sólo para mostrar algunas de las razones que amparan nuestra convicción respecto de que existe verdadera continuidad orgánica y fidelidad creativa entre los últimos Pontífices sino para exhibir algunos de los fundamentos filosóficos que se encuentran implícitos en la enseñanza del Papa Francisco y que ameritan una consideración más detenida.

    De hecho, el apresuramiento no ayuda mucho al quehacer filosófico estricto. No sólo en el pensamiento clásico sino aún en la reflexión moderna y postmoderna, el aprender a detenerse para apreciar con estupor, asombro y fidelidad la realidad tal y como esta se ofrece ante nuestras capacidades cognitivas, es algo imposible de obviar. El dinamismo de la vida activa (negotium) tiene que dar paso a una mirada diversa no sólo que se sustraiga ante la vorágine de las exigencias prácticas (otium) sino que cultive una cierta ascética del pensamiento para poder apreciar aquello que demanda ser valorado en su consistencia específica ante la continua tentación de proceder por análisis más o menos ad infinitum. A este último ejercicio Wojtyla le llamaba “detenerse ante lo irreductible”. Tomando en cuenta este ingrediente metodológico la experiencia de la propia acción humana emerge como un fenómeno “sui géneris”, con género propio, que permite abrir una ventana para la comprensión profunda de la persona como persona-en-acción. De este modo, sin sumergirnos en una teoría más o menos marxista sobre la “praxis”, logramos apreciar la acción como momento especial de aprehensión de la verdad gracias a la detección de los elementos irreductibles involucrados en ella.

    Para ello, la inteligencia ha de buscar encontrar inductivamente el significado de la experiencia vivida, estabilizarlo en su interior y apropiárselo para poder así verificar e interpretar su verdad al momento de juzgar, es decir, al momento de volver al encuentro con lo real concreto que siempre nos desafía más allá del concepto.

    
Estas brevísimas anotaciones metodológicas nos serán de ayuda para abordar tres temas esenciales en la cuestión que nos ocupa: la primacía del amor, la dimensión subjetiva de la verdad y la dimensión narrativa de la reflexión moral.

Fuente: Vatican Insider Documentos


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