ELEMENTOS MATERIALES DE LA LITURGIA
El Confesionario
“La renovación de la vida bautismal exige la penitencia. Por tanto el templo debe estar preparado para que se pueda expresar el arrepentimiento y la recepción del perdón, lo cual exige asimismo un lugar apropiado.” (Catec. I.C., 1185). “El lugar propio para oír confesiones es una iglesia u oratorio. Por lo que se refiere a la sede para oír confesiones, la Conferencia Episcopal dé normas, asegurando en todo caso que existan siempre en lugar patente confesionarios provistos de rejillas entre el penitente y el confesor que puedan utilizar libremente los fieles que así lo deseen. No se deben oír confesiones fuera del confesionario, si no es por justa causa.” (CIC, 964) La penitenciaría o confesionario deberá diseñarse de modo que el fiel pueda optar por 1° una confesión que resguarde el anonimato, o bien 2° en contacto visual con el confesor. En todos los casos, el penitente debe poder realizar su confesión de rodillas y el diseño deberá contribuir a la discreción auditiva respecto de las otras personas que se encuentren en el templo. En esto último juega un papel importante el lugar destinado para el confesionario. Según el tamaño del templo, deberá preverse uno o más confesionarios. Además, se considerará la posibilidad que cada uno pueda ser identificado con el nombre del confesor habitual. “En el diseño de estos deberá brindarse una buena iluminación y ventilación al recinto del confesor; atendiendo también a la posición relativa del asiento con respecto a las rejas de escuchar, de manera que pueda permanecer en una postura natural, debida cuenta de las muchas horas que en él pasa en no pocas oportunidades. Es práctico tener algún lugar para colocar libros o publicaciones.” (CEA). También debe preverse la instalación de locales pequeños y cerrados que permitan conversaciones privadas entre el sacerdote y el fiel, con visión directa del interior de la iglesia, destinados al trabajo de dirección espiritual (cfr. CEA).
Junto al sagrario luce constantemente una lámpara, con la que se indica y honra la presencia de Cristo. La presencia del Señor en el sagrario.
Fuente: : Alejandro Hoese EL TEMPLO CATÓLICO
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