TIEMPO DE NAVIDAD
VIERNES DE LA SEMANA I
05 de Enero
Vocación de Felipe y Natanael
Lo que más cuenta en la narración de Juan es la confesión de fe que al final profesa Natanael de manera límpida: "Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel". Si bien no alcanza la intensidad de la confesión de Tomás con la que concluye el Evangelio de Juan: "¡Señor mío y Dios mío!", la confesión de Natanael tiene la función de abrir el terreno al cuarto Evangelio. En ésta se ofrece un primer e importante paso en el camino de adhesión a Cristo. Las palabras de Natanael presentan un doble y complementario aspecto de la identidad de Jesús: es reconocido tanto por su relación especial con Dios Padre, del que es Hijo unigénito, como por su relación con el pueblo de Israel, de quien es llamado rey, atribución propia del Mesías esperado.Nunca tenemos que perder de vista ninguno de estos dos elementos, pues si proclamamos sólo la dimensión celestial de Jesús corremos el riesgo de hacer de Él un ser etéreo y evanescente, mientras que si sólo reconocemos su papel concreto en la historia, corremos el riesgo de descuidar su dimensión divina, que constituye su calificación propia.
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