Deseo de corazón que se intensifique cada vez más la oración por las vocaciones; una oración que ha de ser adoración del misterio de Dios y acción de gracias por las "maravillas" que él ha hecho y sigue haciendo, a pesar de la debilidad de los hombres; una oración contemplativa, llena de asombro y gratitud por el don de las vocaciones.
San Juan Pablo II - 2 de mayo de 2004
San Juan Pablo II - 2 de mayo de 2004
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