domingo, 11 de febrero de 2018

EVANGELIO - SAN MARCOS 8,11-13

TIEMPO ORDINARIO
LUNES DE LA SEMANA VI
12 de Febrero

    Epístola de Santiago 1,1-11.

    Santiago, servidor de Dios y del Señor Jesucristo, saluda a las doce tribus de la Dispersión.
    Hermanos, alégrense profundamente cuando se vean sometidos a cualquier clase de pruebas, sabiendo que la fe, al ser probada, produce la paciencia.
    Y la paciencia debe ir acompañada de obras perfectas, a fin de que ustedes lleguen a la perfección y a la madurez, sin que les falte nada.
    Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, que la pida a Dios, y la recibirá, porque él la da a todos generosamente, sin exigir nada en cambio.
    Pero que pida con fe, sin vacilar, porque el que vacila se parece a las olas del mar levantadas y agitadas por el viento.
    El que es así no espere recibir nada del Señor, ya que es un hombre interiormente dividido e inconstante en su manera de proceder. 
Que el hermano de condición humilde se gloríe cuando es exaltado, y el rico se alegre cuando es humillado, porque pasará como una flor del campo: apenas sale el sol y calienta con fuerza, la hierba se seca, su flor se marchita y desaparece su hermosura.
Lo mismo sucederá con el rico en sus empresas.



Salmo 119(118),67.68.71.72.75.76.

Antes de ser afligido, estaba descarriado;
pero ahora cumplo tu palabra.
Tú eres bueno y haces el bien:
enséñame tus mandamientos.

Me hizo bien sufrir la humillación,
porque así aprendí tus preceptos.
Para mí vale más la ley de tus labios
que todo el oro y la plata.

Yo sé que tus juicios son justos, Señor,
y que me has humillado con razón.
Que tu misericordia me consuele,
de acuerdo con la promesa que me hiciste.




    Evangelio según San Marcos 8,11-13.

    Entonces llegaron los fariseos, que comenzaron a discutir con él; y, para ponerlo a prueba, le pedían un signo del cielo. 
    Jesús, suspirando profundamente, dijo: "¿Por qué esta generación pide un signo? Les aseguro que no se le dará ningún signo".
   Y dejándolos, volvió a embarcarse hacia la otra orilla.

Fuente: ©Evangelizo.org

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