viernes, 16 de febrero de 2018

MISTERIOS DEL SANTO ROSARIO - ESPIRITUALIDAD

MISTERIOS GOZOSOS
(Lunes y Sábado)

    Los Misterios de Gozos, los primeros que consideramos, nos invitan a contemplar los hechos que tuvieron lugar al comienzo, desde la encarnación de Jesús en el seno virginal de María, hasta que cumplió 12 años y participó con sus padres María y José, en la Fiesta de Pascua en Jerusalén, tal y como era mandado por la ley de Moisés.


TERCER MISTERIO GOZOSO

JESÚS NACE EN EL PESEBRE DE BELÉN

Del Evangelio según San Lucas: (2,1-7)

    Por aquellos días, el emperador Augusto ordenó que se hiciera un censo de todo el mundo... Todos tenían que ir a inscribirse en su propio pueblo. Por esto, José salió del pueblo de Nazaret, de la región de Galilea, y se fue a Belén, en Judea, donde había nacido el rey David, porque José era descendiente de David... Y sucedió que mientras estaban en Belén, le llegó a María el tiempo de dar a luz. Y allí nació su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en el establo...


REFLEXIÓN

    Siendo el dueño de todo, el señor de todo, el Hijo único de Dios, Jesús nació en la pobreza y en la soledad de un establo, un lugar propio para los animales. Quiso darnos con ello una lección de humildad y de desprendimiento absolutos. Los seres humanos no valemos por lo que tenemos, sino por lo que somos en nuestro interior, por lo que atesoramos en nuestro corazón, por la rectitud de nuestros pensamientos, por la bondad de nuestras acciones, por la sencillez de nuestras palabras y nuestros gestos.


    Jesús en el pesebre de Belén, es la imagen de un Dios que quiere reinar entre nosotros no por su poder sino por su amor; no por la magnitud de sus acciones, sino por la fuerza de sus gestos sencillos pero llenos de significado; no por querer colocarse en el primer lugar, al lado de los ricos y los poderosos, sino en el último, al lado de los pobres, de los que no tienen nada, de los que aparentemente no son nada.

    Recemos las diez Avemarías de este tercer misterio del Rosario, meditando en esta maravillosa realidad de Dios que se viene a vivir con nosotros, en nuestro mundo y en nuestra historia, en la persona adorable de Jesús: un niño recién nacido, que en su pequeña y débil humanidad, nos hace presente todo el amor y toda la ternura que Dios siente por sus hijos; por todos y por cada uno, particularmente por los que son más débiles y por lo tanto, más necesitados de ayuda y protección.

INTENCIÓN 

    Encomendemos de manera especial, las necesidades de todos los niños del mundo, particularmente de aquellos que viven en la pobreza y la marginalidad. Los huérfanos, en especial, los huérfanos a causa de la violencia; los que están enfermos, los que padecen incapacidades mentales y físicas, los que no pueden crecer y desarrollarse con normalidad. Que Jesús recién nacido los acompañe y los proteja siempre.

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