MISTERIOS GLORIOSOS
(Miércoles y Domingo)
TERCER MISTERIO GLORIOSO
EL ESPÍRITU SANTO, ESPÍRITU DE JESÚS RESUCITADO
DESCIENDE SOBRE LOS APÓSTOLES
Del libro de los Hechos de los apóstoles: (2,1-4)
REFLEXIÓN
Muchas veces y de diferentes maneras, anunció Jesús a los apóstoles que después de su muerte les enviaría al Espíritu Santo, el Consolador que les ayudaría a recordar y entender todo lo que él les había enseñado. Y cuando se cumplió el tiempo señalado, Jesús realizó su promesa.
El Espíritu Santo es la presencia viva y actuante de Jesús en la Iglesia y en el mundo, a lo largo de los tiempos. El soplo de Dios que nos comunica a quienes creemos en Él, una nueva vida.
El Espíritu Santo es nuestra luz y nuestra fuerza, nuestro Maestro y nuestro guía. Su presencia en nuestro corazón nos permite conocer a Dios, recibir su amor y acogerlo, y ser en el mundo, mensajeros y testigos de la salvación que Jesús consiguió para todos con su vida y su muerte.
Mientras rezamos las diez Avemarías de esta tercera decena del Rosario, demos gracias a Dios por habernos regalado el Espíritu de su Hijo, y pidámosle que nos ayude a acogerlo con corazón abierto y bien dispuesto, a escuchar sus insinuaciones, y a
seguir sus inspiraciones, para bien nuestro y de quienes viven a nuestro lado.
El Espíritu Santo es la presencia viva y actuante de Jesús en la Iglesia y en el mundo, a lo largo de los tiempos. El soplo de Dios que nos comunica a quienes creemos en Él, una nueva vida.
El Espíritu Santo es nuestra luz y nuestra fuerza, nuestro Maestro y nuestro guía. Su presencia en nuestro corazón nos permite conocer a Dios, recibir su amor y acogerlo, y ser en el mundo, mensajeros y testigos de la salvación que Jesús consiguió para todos con su vida y su muerte.
INTENCIÓN
Mientras rezamos las diez Avemarías de esta tercera decena del Rosario, demos gracias a Dios por habernos regalado el Espíritu de su Hijo, y pidámosle que nos ayude a acogerlo con corazón abierto y bien dispuesto, a escuchar sus insinuaciones, y a
seguir sus inspiraciones, para bien nuestro y de quienes viven a nuestro lado.
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