¡Qué consoladoras son las palabras que decimos en la oración de consagración al Corazón de Jesús! Allí presentamos nuestra miseria y Él viene con su misericordia. ¿Estás dominado por la tristeza?, ven un momento a echarte a sus pies y quedarás consolado. ¿Te sientes tentado?, allí es donde vas hallar las armas seguras y potentes para vencer al enemigo. ¿Temes el juicio de Dios?, aprovecha el tiempo de misericordia en el que es tan fácil conseguir el perdón.
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