No dejemos de ir al Sagrario; allí nos encontramos con el Corazón Eucarístico de Cristo. Los amigos del mundo hallan tanto consuelo en verse los unos a los otros, que pasan días enteros en sus conversaciones. Si tú y yo no dedicamos el mismo tiempo para ir a visitarlo en el Santísimo Sacramento, es que no consideramos a Jesús como el amigo fiel. Examina a fondo tu conciencia y verás que mucho de tu tiempo lo dedicas a cosas superfluas en lugar de ir al trono de la misericordia.
Reflexiona
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