MISTERIOS LUMINOSOS
(Jueves)
TERCER MISTERIO LUMINOSO
JESÚS, EN SU PREDICACIÓN,
ANUNCIA EL REINO DE DIOS
Del Evangelio según San Marcos (1,1415)
REFLEXIÓN
Dios no es de ninguna manera un estorbo para nuestra dicha, como muchos piensan y nos hacen creer. Dios es nuestra mayor alegría. Dios es nuestra única y verdadera esperanza. Dios es nuestra paz. Dios es el amor en plenitud. Cuando abrimos nuestro corazón a Él y a lo que Él desea para nosotros, somos verdaderamente felices y nuestra vida logra su plena realización. No importa que sucedan cosas que aparentemente no son compatibles con la felicidad, o que implican un obstáculo para conseguirla, porque como decía santa Teresa: "Quien a Dios tiene, nada le falta. Sólo Dios basta".
INTENCIÓN
Rezando este tercer Misterio del Rosario, pidamos a Dios, por intercesión de María, que nos haga dóciles a las enseñanzas de Jesús; capaces de abrir nuestro corazón a su mensaje y de vivir toda nuestra vida en él y por él, seguros de que es lo mejor que podemos hacer y desear. Pensemos también en todos los hombres y mujeres de la tierra a quienes no ha llegado la buena noticia del Evangelio de Jesús, y oremos para que con la ayuda de los misioneros puedan recibirla y acogerla con prontitud.
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