domingo, 12 de agosto de 2018

GAUDETE ET EXSULTATE

«Felices los que trabajan por la paz, 
porque ellos serán llamados hijos de Dios»
Sembrar paz a nuestro alrededor, esto es santidad


    89. No es fácil construir esta paz evangélica que no excluye a nadie sino que integra también a los que son algo extraños, a las personas difíciles y complicadas, a los que reclaman atención, a los que son diferentes, a quienes están muy golpeados por la vida, a los que tienen otros intereses. Es duro y requiere una gran amplitud de mente y de corazón, ya que no se trata de «un consenso de escritorio o una efímera paz para una minoría feliz»[75], ni de un proyecto «de unos pocos para unos pocos»[76]. Tampoco pretende ignorar o disimular los conflictos, sino «aceptar sufrir el conflicto, resolverlo y transformarlo en el eslabón de un nuevo proceso»[77]. Se trata de ser artesanos de la paz, porque construir la paz es un arte que requiere serenidad, creatividad, sensibilidad y destreza.


[75] Exhort. ap. Evangelii gaudium (24 noviembre 2013), 218: AAS 105 (2013), 1110.

[76] Ibíd., 239: 1116.

[77] Ibíd., 227: 1112.

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