TIEMPO ORDINARIO
DOMINGO DE LA SEMANA XXIX
21 de Octubre
Significado de la muerte redentora de Cristo
Jesús aceptó su muerte voluntariamente. De hecho sabemos que la predijo en repetidas ocasiones; la anunció tres veces mientras subía a Jerusalén al decir que iba a “sufrir mucho… y ser muerto y al tercer día resucitar” (Mt 16, 21; 17, 22, 20, 18; y paralelos); y luego, ya en Jerusalén refiriéndose claramente a sí mismo, expuso la parábola del padre de familia a quien los agricultores ingratos le mataron al hijo (cf. Mt, 2 1, 33-34).
Y, en fin, en el momento supremo y solemne de la última Cena, Jesús resumió el sentido de su vida y de su muerte dándole significado de ofrenda hecha por los demás, por la multitud de los hombres, cuando habla de su “cuerpo entregado por vosotros”, de su “sangre derramada por vosotros” (Lc 22, 19-20 y par.).
Por tanto, la vida de Jesús es una existencia para los demás, una existencia que culmina en una muerte-por-los-otros, comprendiendo en los “otros” a la entera familia humana con todo el peso de la culpa que lleva consigo ya desde los orígenes.
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