viernes, 28 de diciembre de 2018

CON MARÍA AL ENCUENTRO DE JESÚS

La Virgen María nos enseña que, el acercarse a Dios, es un proceso permanente; un movimiento del alma que ha de durar toda la vida, y que el medio para caminar hacia él es la oración.


    ¡Madre de Dios y Madre mía María! Yo no soy digno de pronunciar tu nombre; pero tú deseas y quieres mi salvación, me has de otorgar, aunque mi lengua no es pura, que pueda llamar en mi socorro tu santo y poderoso nombre, que es ayuda en la vida y salvación al morir.

    ¡Dulce Madre, María! Haz que tu nombre, de hoy en adelante, sea la respiración de mi vida. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario