viernes, 4 de enero de 2019

JESÚS EN LA HISTORIA

Hay gente que dice que Jesús es un mito y no un personaje histórico.¿Qué dice la Historia sobre ello?
Parte 2


    2.
Cristo tiene sin embargo muchos discípulos, que se armaron de valor después de su resurrección y dieron testimonio, con el precio de su vida, de lo que habían visto y oído. Enteramente, los 27 libros del Nuevo Testamento presentan criterios de fiabilidad histórica: uno podría sacrificarse por lo que cree que es la Verdad, pero nunca daría su vida por algo que sabe que es mentira.

    Los 27 libros del Nuevo Testamento, escritos por 4 evangelistas y 5 autores de cartas, por testigos y contemporáneos, cubren el periodo que se extiende desde el nacimiento de Cristo al ministerio de los primeros apóstoles. Las cartas de Pablo están datadas entre los años 48 y 67, lo que le sitúa en una época en que los adultos habían sido contemporáneos de Cristo y podían por tanto reaccionar respecto a la veracidad de sus escritos.

    Dejando de lado ciertas divergencias menores que podemos generalmente explicar, encontramos en estos escritos una abundancia de detalles geográficos e históricos que concuerdan perfectamente entre sí, y una abundancia de criterios fiables que muestran que estos testigos son hombres sinceros y bien informados: hombres que no temen revelar sus propias equivocaciones, faltas o debilidades con tal de contar fielmente lo que sabían de los hechos. Por ejemplo, no callan ninguno de los reproches que les dirigía Jesús: “oh corazones sin inteligencia, lentos para creer…” (Lc 24,25).

    Parece difícil poner en duda la sinceridad de estas personas que quieren hasta dar la vida para afirmar la veracidad de lo que dicen. ¿Qué interés tendrían en mentir? ¿Para engañar a quién y conseguir qué? Tres de los Evangelistas y 11 de los 12 apóstoles sellaron su testimonio con el martirio. Uno se sacrifica por algo que cree que es la Verdad, pero nadie da su vida por lo que sabe que es una mentira.

    La prueba más contundente de que Jesús existió es esta: el hecho de que miles de cristianos desde el primer siglo, incluyendo los Doce Apóstoles, hayan efectivamente aceptado arriesgar o entregado sus vidas como mártires por Cristo Jesús.

    La existencia de Cristo es atestiguada en seguida por los testimonios de contemporáneos con una gran continuidad, desde el siglo I hasta el siglo II, y después por los Padres de la Iglesia y también por los relatos apócrifos.

Fuente: Aleteia - P. Guillaume de Menthière, sacerdote francés, profesor en la Escuela catedral (Colegio de los Bernardinos – París).

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