VESTIMENTAS DEL CELEBRANTE
EL ALBA, TÚNICA LITÚRGICA
Simboliza la auto negación y la castidad que corresponde a un sacerdote además de recordarle que debe hacer buenas obras a lo largo de toda su vida. Hoy en día, mientras el se coloca el alba, el sacerdote reza la siguiente oración: “Purifícame, señor, y limpia mi corazón, para que purificado con la sangre del cordero, pueda disfrutar de los goces eternos”.
El alba, evolución de un ornamento religioso a lo largo de la historia, el alba, ha sido conocida con muchos nombres como pueden ser el de linea o túnica por el material del cual está hecho; poderis, túnica talaris, o simplemente talaris, por el hecho debe llegar a los pies, camisia, por el parecido de la prenda a una camisa, etc. El origen de este ornamento litúrgico no está claro. Según algunas fuentes esta prenda se remonta a vestiduras del sacerdocio Judío. Según otros textos, el origen del alba estaría relacionado con el atuendo ordinario que empleaban tanto Romanos como Griegos. La época en la que comenzó a emplearse la túnica talar blanca para la realización de celebraciones litúrgicas es difícilmente determinable. El uso de este tipo de prenda, muy común en los primeros años del cristianismo, y la ausencia de documentación adecuada, no permiten determinar cuando pasó a ser de uso exclusivo de los ministros de la iglesia. Antes del IX, el alba ya se había convertido en una parte integra del atuendo sacramental del sacerdote. Rabano Maura, el cual escribe "De Clericorum Institutione" en 818 dónde se describe el alba o túnica talar como una prenda de lino blanco símbolo de la auto negación y la castidad correspondiente al sacerdote. Su longitud, siempre hasta los tobillos, servía como recordatorio a los párrocos de su obligación de obrar bien hasta el fin de su vida terrenal.
En el siglo XII, el alba era la vestimenta que todos los clérigos usaban cuando ejercían sus funciones religiosas. El uso del alba ha evolucionado con los años. Actualmente es una prenda que los párrocos emplean casi en exclusiva al oficiar la Misa. Su uso se ha extendido a todas las celebraciones a lo largo del Año Litúrgico: Adviento, Navidad,Semana Santa, etc...
Las características del alba apenas han variado a lo largo de la historia. Durante la Edad Media se realizaban ajustadas a la cintura del párroco aumentando el diámetro según se acercaba a los tobillos. Con el pasar de los siglos y la moda de prendas más holgadas, el diámetro del alba fue aumentando hasta las dimensiones que actualmente conocemos.
La ornamentación del alba has sido históricamente uno de los atributos de la prenda que mayor evolución ha sufrido. En los primeros años del Cristianismo se adornaba el borde inferior, las muñecas y la apertura de la cabeza con un ribete. Con la llegada de la Edad Media y la evolución de los criterios estéticos, muchos párrocos comenzaron a utilizar albas con porciones de brocado, o bordados, en la parte inferior del alba y en las muñecas. Este tipo de decoración del alba fue utilizada a lo largo de muchos siglos hasta la llegada del encaje y la vainica. En la actualidad el uso de toda esta ornamentación ha quedado a juicio del párroco, existiendo albas sin ningún tipo de decoración y albas decoradas con bordados, puntilla, brocados o vainica.
El alba litúrgica, características y ornamentación
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