TIEMPO ORDINARIO
MARTES DE LA SEMANA III
29 de Enero
El verdadero parentesco de Jesús: Mc 3, 31-35
Otro evangelista ( Jn 7) dice que sus parientes no creían aún en El, lo cual está conforme con que lo buscasen y esperasen fuera; y por esta razón no habla el Señor de ellos como de parientes, según estas palabras: “A lo que respondió diciendo: ¿Quién es mi madre y mis hermanos?” Pero no habla así como si renegara de su Madre y de sus hermanos, sino como el que enseña que es preciso valorar la propia salvación por sobre todo parentesco temporal: enseñanza que convenía mucho a aquéllos que se entretenían en conversación con sus parientes, como si esto les importara más que su salvación.
“Y mirando en torno a los que estaban sentados en corro, a su alrededor, dice: «Estos son mi madre y mis hermanos”. En lo cual manifiesta el Señor que conviene honrar más a los que son parientes por la fe, que a los que lo son por la sangre. Todo el que anuncia a Jesús se hace como madre suya, puesto que infundiéndole en el corazón del oyente viene a darle como un nuevo nacimiento.
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