TIEMPO ORDINARIO
MIÉRCOLES DE LA SEMANA I
16 de Enero
«Fue con Santiago y Juan a la casa de Simón y Andrés» (Mc 1,29)
Conocéis ya lo que movió a Cristo a entrar en la casa de Pedro: no ciertamente el placer de recostarse a la mesa, sino la enfermedad de la que estaba en la cama; no la necesidad de comer, sino la oportunidad de curar; la obra del poder divino, no la pompa del banquete humano. En casa de Pedro no se escanciaban vinos, sino que se derramaban lágrimas. Por eso entró allí Cristo, no a banquetear, sino a vivificar. Dios busca a los hombres, no las cosas de los hombres; desea dispensar bienes celestiales, no aspira a conseguir los terrenales. En resumen: Cristo vino en busca nuestra, no en busca de nuestras cosas.
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