La iniciación cristiana, un itinerario gradual
(El CÓMO de la catequesis)
41- La gradualidad de este itinerario no sólo se refiere a la acción y prudencia maternal de la Iglesia que ofrece a sus hijos “el Evangelio en toda su autenticidad y pureza” , sino también a la respuesta de los catecúmenos-catequizandos. La Iglesia, a lo largo de la iniciación cristiana ha de respetar el ritmo de madurez psicológica e histórica, respetando el tiempo de Dios y los tiempos del catequizando. Los procesos de maduración son personales y no masivos, lo cual nos hace pensar en la calidad de respuesta de nuestros catecúmenos-catequizandos a la hora de recibir los sacramentos de la iniciación. La finalidad de la iniciación es formar un discípulo de Jesús. De allí que los procesos de maduración: han de ser personales y no masivos, han de estimular una respuesta positiva de nuestros catecúmenos-catequizandos a la gracia de Dios que se disponen a recibir en la celebración de los sacramentos de la iniciación y han de alentar el deseo de seguir creciendo en su condición de discípulo misionero de Jesucristo.
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