La iniciación cristiana, un itinerario gradual
(El CÓMO de la catequesis)
45- Al reconocer la iniciación cristiana como un proceso gradual advertimos que llegada la etapa final de la iniciación ésta debe estar articulada, en el diseño del proyecto pastoral, con distintas propuestas de participación en la vida eclesial que ayuden a los que celebraron sacramentalmente su iniciación cristiana a crecer como miembros activos de esa comunidad cristiana particular. No olvidemos que ser discípulo es un don destinado a crecer y como Iglesia sentimos la necesidad pastoral de acompañar a cada discípulo en su proceso de crecimiento de la fe. Este acompañamiento se ha de hacer durante toda la vida del hombre, a lo largo de las diversas etapas y situaciones de la persona. Esta tarea, que se abre una vez celebrada la iniciación cristiana, es lo que llamamos itinerario catequístico permanente (ICP) . Por su parte, los movimientos, instituciones y diversas formas comunitarias –como lo son las pequeñas comunidades de vida cristiana- han de procurar ofrecer, en sus diferentes realidades, ámbitos que posibiliten la paulatina, libre y fraterna integración de los que han celebrado su iniciación cristiana.
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