lunes, 29 de agosto de 2016

CAMINANDO HACIA EL DIRECTORIO CATEQUÍSTICO ARGENTINO

La iniciación cristiana, una responsabilidad comunitaria 
(El DÓNDE de la catequesis)

    53- Las comunidades educativas evangelizadoras se convierten en espacios para el desarrollo de la iniciación cristiana, si atendiendo a ciertos criterios garantizan algunas condiciones como elementos necesarios para la misma: a) En cuanto comunidad inserta en otra –es decir, en la parroquia-, el itinerario de iniciación ha de estar orientado y conducido por el párroco o un delegado suyo, quien a su vez acompaña a los catequistas, discierne y celebra los momentos de maduración y establece los ámbitos oportunos para las celebraciones; b) Los procesos de la iniciación deben conservar su identidad y evitar cualquier asimilación al curriculum escolar, salvaguardando su carácter de libre participación por parte del catecúmeno-catequizando; c) Los procesos han de estar animados por catequistas idóneos, especialmente capacitados y dedicados a la iniciación; d) Los padres de familia deberían contar con un espacio en el que manifiesten expresamente su consentimiento a la participación de sus hijos en este particular itinerario catecumenal y a la vez, ellos mismos, puedan acompañar esta etapa formativa de sus hijos; e) la mistagogia debe estar orientada a la conformación de una pequeña comunidad estable, más allá del período de formación escolar, que posibilite la perseverancia y haga efectiva la integración a la comunidad parroquial; f) Quienes participen del itinerario catecumenal deberán hacerlo conforme a los ritmos litúrgicos propios de este camino de iniciación, de tal manera que la autonomía propia con respecto al calendario escolar no deteriore ni desvirtúe su participación.

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