miércoles, 27 de junio de 2018

LITURGIA

El Templo y sus Partes


    “La dignidad de la Palabra de Dios exige que en la iglesia haya un sitio reservado para su anuncio, hacia el que, durante la liturgia de la Palabra, se vuelva espontáneamente la atención de los fieles" (IGMR 309, Catec. I.C., 1184). El ambón es el lugar reservado para la proclamación de la Palabra de Dios por los lectores, el salmista y el diácono o presbítero que proclame el Pregón Pascual y el Evangelio en ausencia de diácono, y se enuncian las intenciones de la oración universal o de los fieles. (cfr IGMR, 130, 134, 135, 309; OLM, 17, 22, 31). También puede usarse para realizar la homilía y dirigir la oración de los fieles, aunque por ser éstas funciones presidenciales, se realizarán normalmente desde la sede. (cfr. IGMR, 136, 138, 309; OLM, 31; El presidente de la celebración, 29, Secr. Nac. de Liturgia, España, 1988). “Conviene que en general el ambón sea un lugar fijo y no móvil… y estar dispuesto de tal manera que los ministros ordenados y los lectores puedan ser cómodamente vistos y oídos por los fieles.” (IGMR, 309). Su forma debe guardar correlación con el altar y debe estar situado en el presbiterio (IGMR, 295). Se debe cuidar en el diseño del ambón, “ya que en general estará en un lugar elevado, la facilidad para acceder y descender de él con seguridad. Es conveniente en lo posible disponer de bocas y bases fijas para la conexión de micrófonos, eliminando cruces de cables en el presbiterio. No deberá descuidarse un correcto nivel de luz sobre los libros, y la suficiente solidez y dimensión al atril propiamente dicho como para apoyarse en él.” (cfr. CEA)

Fuente: Alejandro Hoese EL TEMPLO CATÓLICO

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